Fusión de épocas.

Una nueva versión para una casa sueca construida en el año 1908. La renovación permitió conservar detalles originales de la casa como las escaleras, los techos y puertas. El resultado, un lugar para soñar, una mezcla perfecta entre lo antiguo y lo nuevo, un completo estilo ecléctico.

En su interior, los protagonistas son los muebles, piezas antiguas y bien seleccionadas que hacen juego con los materiales originales de la casa, en colores dorado, verde, negro y blanco. Las molduras de los techos y los azulejos dan aires de viejo mundo.

La cocina en estilo vintage/moderno en tonos blanco y negro aporta el toque de frescura, al diseño interior.

Sin duda una casa que derrocha personalidad, elegancia y funcionalidad, donde los espacios te transportan a otra época, una casa que se vive y que en cada rincón cuenta una historia.